Una isla a la que la magia de la cultura antigua, la pureza del mar y el colorido de las rocas han convertido en un atractivo destino turístico y deportivo.
Situada en medio del Mediterráneo, fue lugar de paso y asentamiento de fenicios, romanos, árabes, bizantinos y españoles, cuyas civilizaciones se han integrado en su propia cultura.
Son especialmente atractivas sus costas (1.850 km), en las que, a pesar de la llegada masiva de turistas en la época veraniega, aún se pueden encontrar parajes marinos intactos, de aguas cristalinas, y playas y rocas realmente hermosas.
Con un clima templado, aunque muy expuesta al viento, la isla de Cerdeña es uno de los destinos más codiciados por los aficionados a los deportes náuticos y por quienes desean pasar unas vacaciones en el mar.
Además de sus playas y montañas, la isla ofrece a los visitantes extraordinarias catedrales románicas, bellas iglesias góticas, ruinas antiguas de ciudades púnicas como las de Tharros y Nora, y excavaciones romanas en Caligari, antigua Carrales, y Porto Torres. Son especialmente interesantes los asentamientos prehistóricos nurágicos, en excelente estado de conservación, construidos por un pueblo cuyo origen es uno de los grandes misterios del Mediterráneo.
Cagliari, la capital, enclavada en una bahía blanca, conserva importantes restos de los periodos fenicio, cartaginés y romano. Tiene un interesante centro medieval y alberga el Museo Arqueológico Nacional, en el que se conservan restos nurágicos, fenicios, romanos y bizantinos. Destaca el anfiteatro romano del S. II.
En sus alrededores está situado el Parque Natural del Molentargius, que acoge una numerosa colonia de flamencos, entre otras especies de aves.
Alghero, al noroeste de la isla, es una localidad pesquera protegida por una muralla y siete torres del s. XV. Es la única localidad italiana en la que se habla el catalán. El Palau Reial o la iglesia de San Francesco son algunos de los edificios de la herencia gótica catalana. A 23 km de Alghero, en la punta del Cabo Caccia está la hermosa gruta de Neptuno, a la que se llega descendiendo la Escala del Cabirol, de 656 peldaños, que lleva a la entrada al nivel del mar. Una característica de la zona es la tradicional elaboración artesana del coral.
Sassari fue fundada por mercaderes genoveses a principios del S. XIII. Su museo arqueológico es perfecto para conocer la historia nurágica de la región.
Costa Esmeralda, al noreste de la isla, es la zona más exclusiva del Mediterráneo, tanto para italianos como extranjeros. Abundan las villas suntuosas y los complejos hoteleros, sobre todo en Porto Cervo y Santa Teresa, donde se dice que están las mejores playas.
Desde Santa Teresa parten algunos barcos hacia la isla vecina de Córcega y hacia el Parque Nacional del Archipiélago de La Maddalena, formado por 23 islas rodeadas de aguas cristalinas de gran belleza.
Situada en medio del Mediterráneo, fue lugar de paso y asentamiento de fenicios, romanos, árabes, bizantinos y españoles, cuyas civilizaciones se han integrado en su propia cultura.
Son especialmente atractivas sus costas (1.850 km), en las que, a pesar de la llegada masiva de turistas en la época veraniega, aún se pueden encontrar parajes marinos intactos, de aguas cristalinas, y playas y rocas realmente hermosas.
Con un clima templado, aunque muy expuesta al viento, la isla de Cerdeña es uno de los destinos más codiciados por los aficionados a los deportes náuticos y por quienes desean pasar unas vacaciones en el mar.
Además de sus playas y montañas, la isla ofrece a los visitantes extraordinarias catedrales románicas, bellas iglesias góticas, ruinas antiguas de ciudades púnicas como las de Tharros y Nora, y excavaciones romanas en Caligari, antigua Carrales, y Porto Torres. Son especialmente interesantes los asentamientos prehistóricos nurágicos, en excelente estado de conservación, construidos por un pueblo cuyo origen es uno de los grandes misterios del Mediterráneo.
Cagliari, la capital, enclavada en una bahía blanca, conserva importantes restos de los periodos fenicio, cartaginés y romano. Tiene un interesante centro medieval y alberga el Museo Arqueológico Nacional, en el que se conservan restos nurágicos, fenicios, romanos y bizantinos. Destaca el anfiteatro romano del S. II.
En sus alrededores está situado el Parque Natural del Molentargius, que acoge una numerosa colonia de flamencos, entre otras especies de aves.
Alghero, al noroeste de la isla, es una localidad pesquera protegida por una muralla y siete torres del s. XV. Es la única localidad italiana en la que se habla el catalán. El Palau Reial o la iglesia de San Francesco son algunos de los edificios de la herencia gótica catalana. A 23 km de Alghero, en la punta del Cabo Caccia está la hermosa gruta de Neptuno, a la que se llega descendiendo la Escala del Cabirol, de 656 peldaños, que lleva a la entrada al nivel del mar. Una característica de la zona es la tradicional elaboración artesana del coral.
Sassari fue fundada por mercaderes genoveses a principios del S. XIII. Su museo arqueológico es perfecto para conocer la historia nurágica de la región.
Costa Esmeralda, al noreste de la isla, es la zona más exclusiva del Mediterráneo, tanto para italianos como extranjeros. Abundan las villas suntuosas y los complejos hoteleros, sobre todo en Porto Cervo y Santa Teresa, donde se dice que están las mejores playas.
Desde Santa Teresa parten algunos barcos hacia la isla vecina de Córcega y hacia el Parque Nacional del Archipiélago de La Maddalena, formado por 23 islas rodeadas de aguas cristalinas de gran belleza.